RobynGoods lucha contra el abandono de mascotas. Una desgarradora tragedia silenciosa

Muchas personas en el mundo se sienten muy unidas a sus mascotas. Los amantes de los animales comprenden este intenso vínculo. Disfrutar de la compañía y afecto de estas criaturas es una experiencia tan gratificante que los convierten en un miembro más de la familia. Ellos nos demuestran un cariño sin medida. Cuando entran en nuestra vida, lo hacen también en el corazón.

El afecto y cariño de las mascotas hacia los humanos es incondicional. Construimos una relación especial e indescriptible, única. Se trata de empatía. La mayoría de las veces, los dueños de mascotas expresan con orgullo como estas son realmente quienes los eligen como sus protectores y compañeros de vida. Como un hecho natural, 'humanizamos' a nuestros acompañantes domésticos. Despiertan nuestra ternura. En algunos casos, cuando llegan a nuestro hogar, son los benjamines. Con los años, o de primera entrada se convierten en nuestros mayores. Peinan canas con las nuestras. La convivencia nos marca profundamente.

Aprendemos a comunicamos. Sus ojos conversan con los nuestros  Reímos con sus alegrías. Consolamos sus tristezas. Descubrimos sus miedos. Disfrutamos con sus juegos. Premiamos su buen comportamiento. Regañamos sus trastadas. Acompañan nuestras alegrías y tristezas. Lloramos sus enfermedades. Nos afligimos con su perdida. Procesamos con dolor el duelo. Son insustituibles. Su esencia permanece. Nos marcan. Cada animal es diferente, despierta en nosotros sentimientos distintos. Los amamos con todas sus singularidades. ¿Qué dueño de una mascota no se siente reflejado?

Aunque a veces, desafortunadamente, la convivencia entre humanos y animales no tiene éxito, quizás porque las personas no están concienciadas de lo que supone la responsabilidad y adaptación de las mascotas a la vida en el hogar. Los animales necesitan mucha dedicación, atención, cuidados, mimos, paseos y compañía. Hay mascotas con comportamientos difíciles por secuelas anteriores o por caracteres más complejos derivados de su naturaleza o de una errónea educación o vivencias difíciles, cuya adaptación deconvivencia es más larga y compleja. No obstante, la mayoría de estas situaciones se resuelven con mucha dedicación, amor, paciencia y tiempo, además del apoyo y asesoramiento de especialistas.

Pero hay una realidad que no podemos obviar que demuestra la oscuridad que anida en el alma de los seres humanos como es el abandono de animales. Detrás de cada fría y desolada estadística, se esconde un relato de fidelidad traicionada y confianza destrozada. Son muchos los casos de gatos y perros, u otro tipo de animales, que viven en la calle. Deambulan perdidos, desorientados y asustados, hambrientos de alimentos y de afecto. Ellos nos necesitan. Son criaturas vulnerables y afligidas que se enfrentan a un futuro incierto porque alguien les ha fallado. Si tienen suerte acabarán en un refugio o albergue. De ahí, podrán, si el destino está a su favor, ser adoptados por familias o personas conscientes de la responsabilidad de vivir con una mascota y disfrutarán cada día de ese amor de ida y vuelta.

Los culpables de esta triste realidad, el abandono animal, son personas sin conciencia y remordimientos, que tratan a las mascotas como desechos. ¿Cómo puede un ser humano llegar a este comportamiento de maldad tan extrema? Todos nos hemos encontrado alguna vez con alguna situación de este tipo, cuyo estado hace que se nos salten las lágrimas. También hemos escuchado o presenciado historias de abandono o maltrato que nos generan impotencia ante el salvajismo que deshumaniza a nuestra especie. Nos dejan un nudo en la garganta que nos quiebra.

Cabe preguntarse entonces, ¿qué pasa por la mente de las personas que abandonan a sus mascotas? Lo más probable es que hayan escogido un nombre que vaya con su personalidad. Lo han alimentado. Han compartido juegos y caricias. Han establecido vínculos afectivos. Según la ciencia, nuestro organismo responde con el idéntico patrón químico a las relaciones con nuestra familia humana que con la animal. Nuestro cerebro no distingue. Porque los sentimientos son pura química.

Mientras las cifras de abandono se disparan, es esencial reconocer que este no es solo un problema de mascotas sin hogar, ¿qué expresa el hecho de que descartemos a seres que confían en nosotros? Los estudios registran que los principales motivos de abandono de perros y gatos son las camadas no deseadas, seguido por el fin de la temporada de caza, el comportamiento problemático del animal, factores económicos, la pérdida de interés por la mascota o los cambios de domicilio.

Desde el pasado mes de septiembre, en España, las protectoras han constado un crecimiento del abandono de animales que relacionan con la entrada en vigor la Ley de Bienestar animal, que ha generado un efecto colateral no previsible inicialmente. Una paradoja. Por ejemplo, el hecho que en la nueva normativa los perros tengan que tener un seguro, o que las exigencias para adoptar sean más elevadas. No obstante, no es ahí donde radica todo el problema, sino en las regulaciones sobre la crianza y la tenencia de algunas especies.

La alarma se ha disparado porque se empieza a constatar que se han recogido otros tipos de mascotas abandonadas, desde pájaros a animales exóticos como periquitos o agapornis que ahora están prohibidos adquirir. La combinación de factores como la ignorancia en el conocimiento de la ley, la falta de comprensión, la poca claridad de la regulación y el aumento de algunos requisitos son la justificación perfecta para que se produzcan más abandonos y menos adopciones. El escenario es pesimista.

Sin embargo, en medio de la desolación, y lo que supone esta problemática, la esperanza emerge en la forma de organizaciones y activistas que luchan incansablemente por crear conciencia para la defensa y protección de animales, además de fomentar la adopción responsable. Desde la activación de campañas de esterilización hasta programas de educación, construyen un futuro digno para estos seres indefensos y desprotegidos.

Pero, ¿cómo podemos, como sociedad cumplir con nuestra parte? La clave reside en responsabilidad, concienciación, amor, compasión y respeto. Adoptar en lugar de comprar, esterilizar en lugar de descartar y educar en lugar de ignorar. Ante esta problemática, RobynGoods es la primera plataforma digital que activa un innovador mecanismo de cambio socioeconómico, el RobynWay que inyecta ayuda en el tercer sector para ahondar esta problemática y en muchas otras. Los consumidores que compren en esta tienda online pueden dar los beneficios que entrega la empresa a organizaciones dedicadas a la protección y el bienestar animal. Es la primera compañía en poner en marcha este mecanismo de ayuda liderado por una empresa.

En un mundo donde la compasión se está convirtiendo en un bien escaso, es nuestra responsabilidad colectiva asegurarnos de que ninguna criatura sufra el destino del abandono. Es tiempo de recuperar nuestra propia humanidad. En este camino, los clientes de RobynGoods saben que deciden en aportar su granito de arena para ayudar a los animales desvalidos a los que la gente desaprensiva ha dado la espalda. Ellos se merecen todo el amor del mundo.