Mi nombre es COVID19

De: Coronavirus19 Covid <coronavirusc13@gmail.com>

Asunto: Mi nombre es COVID19

Fecha: 26 de marzo de 2020, 17:27:30 WET

Para: nottinghamailbox@robyngoods.org

 

Mi nombre es COVID19

Me llamo COVID19, aunque me conocéis como Coronavirus. Perdonad que haya llegado sin avisar y por sorpresa. Todo tiene un sentido. ¿Os habréis preguntado mil veces por qué estoy aquí? Pues muy simple, estaba harto. Harto de cómo retrocedéis en vez de proyectar algo bueno con lo que se os ha dado. Estaba harto de cómo os destruís con vuestras manos. Harto de cómo tratáis el planeta. De la brutalidad de las guerras y los conflictos, carentes de lógica. De la pobreza y del hambre. De vuestros absurdos prejuicios. Cansado de la hipocresía, la envidia social y el egoísmo. Harto del escaso tiempo que os dedicáis a vosotros, amigos y familias. Estaba harto del valor superlativo que otorgáis a las cosas superficiales. De vuestro desinterés por lo esencial, por lo que de verdad importa. Estaba harto de cómo siempre buscáis vestir a la última, adquirir el móvil más nuevo y el coche de alta gama: vuestro deseo de poseer. Estaba harto de cuánto os engañáis y comportáis sin interés por todo cuanto os rodea. Harto del limitado tiempo que os dedicáis para comunicaros. De vuestras quejas continuas por cuestiones mínimas. De vuestra infelicidad. Y, sobre todo, por vuestra falta de actitud para cambiarlas.

Sé que soy duro con la especie humana, quizás demasiado. No contemplo razas, religiones o clases sociales: soy un virus. Sois frágiles. Lo que quiero que comprendáis es fácil: mostraos los límites sociales en los que vivís, para que los erradiquéis. He hecho que vuestras vidas se paren de pronto, en seco, porque pretendo que, a partir de ahora, dediquéis vuestra energía a lo único importante: la vida. Para cambiarla, compartirla, acariciarla y cuidarla. Quería que estuvieses aislados en vuestros hogares, separados de vuestros abuelos, padres e hijos para que por fin entendáis el valor de un abrazo, de una conversación, de un apretón de manos, de una tarde con los amigos o de un paseo al aire libre. Y de muchas más cosas, que seguro ahora valoraréis.

Pensad en lo que se ha regenerado el planeta con vuestra ausencia. Ahora disminuye la contaminación del cielo, del aire y del agua. Tomad conciencia de lo poco que tenéis que hacer para conservar el ecosistema y que os sirva para establecer un punto de inflexión. Un antes y un después. No hagáis que vuelva, porque lo haré con mayor virulencia, quizá bajo otro nombre. Entended que todos sois iguales. No hagáis diferencias. Estoy de paso, pero: la unión, la cohesión, la solidaridad, la cooperación y la ayuda que habéis conseguido gracias a mí en tan poco tiempo no las perdáis. Será responsabilidad vuestra cuidarlas, para que permanezcan. Vivid de forma sencilla. Caminad despacio. Respirad profundo. Haced el bien. Disfrutad de la naturaleza y de todo aquello que os guste y os llene. La vida es aquí y ahora.

Cuando volváis a la vida con normalidad, celebren que me he ido. No olvidad nunca ser mejores personas, recordad que ya lo habéis sido. Es un adiós y espero que definitivo; un punto y aparte, aunque todo dependerá de vosotros. Pensad que todo tiene que un nuevo comienzo.