Carta de RobynGoods dirigida a COVID19

No sé cómo dirigirme a ti, COVID19.

Solo quiero contarte que hemos compartido el email anónimo que llegó a nuestro buzón de Nottingham, ‘Me llamo COVID19’, no sé si de tu puño y letra, para que todos/as expusieran sus opiniones, pensamientos, vivencias o reflexiones ante tus argumentos.

Muchos han compartido con nosotros lo que sienten o lo que tú has supuesto en sus vidas. Nuestro agradecimiento a todos/as: ello/as son los héroes por trasmitir sus experiencias y, sin miedo o tabúes, darnos su opinión. Paradójicamente, nos has abierto una puerta a la reflexión y has clavado tu puñal donde más nos dueles, en nuestra conciencia como individuos y especie, haciendo que valoremos, más que nunca las grandes pequeñas cosas de la vida, y la innumerable lista de los errores que llevamos sobre nuestras espaldas.

Sí, errores, algunos de fácil solución si nos lo proponemos. Pero ¿qué te hace pensar que nosotros, la humanidad como especie, encarnamos el mal? ¿Es por lo que nos castigas tan salvajemente? En tu juicio terrenal tendrías que responder a muchas cuestiones. Como la pregunta que planteó, “Generoso M”: “¿Dime por qué estás llevándote a los más débiles? o la de “Miguel M.”: “¿Es por eso que asesinas a nuestros mayores? A los que menos contaminan y los que son mejores personas…”. Así podríamos añadir muchas cuestiones, interrogantes que quedan en el aire sin contestación.

Te queremos explicar nuestra realidad. La sociedad ha evolucionado a lo largo de siglos de historia. Nuestro sistema actual de vida nos arrastra a un ritmo frenético y, nuestras vidas las dirige el capitalismo, que nos otorga el valor de mercancía y nos conduce como a títeres en su gran escenario. Sin saberlo, somos sus esclavos, sumisos y condescendientes. A veces, ilusoriamente, desempolvamos nuestro disfraz de libertad, una libertad ficticia y ajena, inexistente para el 90% de los seres humanos de este planeta.

El 1% del 1% de nuestra población maneja, controla y dirige nuestros destinos. La humanidad como rebaño desfila por el camino que nos marcan. Por este motivo, estamos de acuerdo con algunas de tus reflexiones sobre nuestro modo de vida, y por todo lo que se puede hacer y además debe cambiar, pero entiende que esta minoría, la que domina el mundo es reacia al cambio, ello conlleva la pérdida de poder absoluto, y una sociedad más horizontal. Impensable.

Por ellos, trabajamos con unos ingresos mínimos con los que apenas subsistimos. Nos desgastamos. Nuestras mentes alineadas, tienen pensamientos limitados y sesgados.  Nuestro día a día absorbe toda nuestra capacidad:  cómo pagar la comida, el alquiler, la hipoteca, la luz, el agua, los impuestos, los gastos, los extras etc. Y, sobre todo, cómo conseguir que nuestras familias tengan lo básico.

Aparte de mantenernos en una vida teledirigida desde sus grandes despachos y mansiones. Nos atiborran a publicidad, para que interioricemos desde la infancia para que para, sentirte realizado, pleno, completo debes poseer bienes, no solo poseer acumular. Sea lo que sea. Lo que esté a nuestro alcance. Los mejores tenis. La mejor mochila. Los juguetes más novedosos y así un largo etcétera. Un comportamiento que nos robotiza. Una pauta conductual impresa en nuestro cerebro, que conlleva en la edad adulta a seguir adquiriendo por encima de nuestras posibilidades. Un camino sin retorno. Un eterno bucle, aún más presos en esta cárcel sin barrotes. Ansiamos todo lo material, mientras otros suman más ceros en sus cuentas.

Además, nos han inculcado la envidia, haciéndonos sentir bien cuando superamos a otros: amigos, familia, etc. Nuestro argumento: tengo más y mejor. Sin preguntarnos, ¿esto nos hace más felices?

Vivimos como en Matrix, manipulados a su antojo, creyendo que somos libres de tomar nuestras decisiones, pero la realidad nos viene programada.

Quizá ahora entiendas por qué nos ha dolido tanto lo que has hecho, COVID19. Deseamos que, si vuelves, sepas quienes merecen tu castigo. Por nuestra parte uniremos fuerzas, intentando luchar contra los opresores, los manipuladores de nuestra existencia para alcanzar un mundo sin injusticias sociales.